El Instituto de Actuarios Españoles (IAE) ha acordado adherirse a las directrices marcadas en el documento denominado ‘Guía de Buenas Prácticas para la aplicación del Baremo de Autos’ aprobada por la Comisión de seguimiento del sistema de valoración de los daños y perjuicios causados a las personas en accidentes de circulación. La IAE considera que el Baremo tiene que contribuir a atenuar y resarcir aquellas situaciones injustas y en ocasiones dramáticas, con pérdida añadida de calidad de vida, cuando además se ha sufrido un daño físico, psíquico y moral, que es la razón por la que el legislador promulgó esta Ley y este modelo, para encontrar así formas idóneas que garanticen el cumplimiento de este principio de reparación íntegra de los daños. En este sentido, Rafael Moreno, presidente del Instituto de Actuarios, indicó que «los actuarios asumen una importante responsabilidad en el sistema de reparación de los daños sufridos por las víctimas de accidentes de tráfico, y para que la desempeñen de forma que se respeten los preceptos legales y los principios que inspiran el sistema, contribuyendo al bienestar de la sociedad, en general, y a la protección de los intereses de las víctimas y los perjudicados, en particular, es necesario que los actuarios, en su praxis profesional, cumplan las directrices de la Guía de Buenas Prácticas, que es una herramienta de buena fe y transparencia en la aplicación del Baremo y que, de manera clara, les asigna en exclusiva la relevante función de emisión de informes periciales actuariales en los casos en los que resulte preciso conforme a la Ley y la propia Guía».El Instituto de Actuarios Españoles (IAE) ha acordado adherirse a las directrices marcadas en el documento denominado ‘Guía de Buenas Prácticas para la aplicación del Baremo de Autos’ aprobada por la Comisión de seguimiento del sistema de valoración de los daños y perjuicios causados a las personas en accidentes de circulación. La IAE considera que el Baremo tiene que contribuir a atenuar y resarcir aquellas situaciones injustas y en ocasiones dramáticas, con pérdida añadida de calidad de vida, cuando además se ha sufrido un daño físico, psíquico y moral, que es la razón por la que el legislador promulgó esta Ley y este modelo, para encontrar así formas idóneas que garanticen el cumplimiento de este principio de reparación íntegra de los daños. En este sentido, Rafael Moreno, presidente del Instituto de Actuarios, indicó que «los actuarios asumen una importante responsabilidad en el sistema de reparación de los daños sufridos por las víctimas de accidentes de tráfico, y para que la desempeñen de forma que se respeten los preceptos legales y los principios que inspiran el sistema, contribuyendo al bienestar de la sociedad, en general, y a la protección de los intereses de las víctimas y los perjudicados, en particular, es necesario que los actuarios, en su praxis profesional, cumplan las directrices de la Guía de Buenas Prácticas, que es una herramienta de buena fe y transparencia en la aplicación del Baremo y que, de manera clara, les asigna en exclusiva la relevante función de emisión de informes periciales actuariales en los casos en los que resulte preciso conforme a la Ley y la propia Guía».
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