El pasado año las catástrofes naturales provocaron unas pérdidas económicas globales de 190.000 millones de dólares; de los que la industria de seguros cubrió en torno a 81.000 millones. Son datos del último informe Sigma de Swiss Re Institute, que sitúa los eventos climáticos severos y los secundarios (tormentas eléctricas, inundaciones locales e incendios forestales) como riesgos cada vez más frecuentes y responsables de la mayoría de las pérdidas de seguros relacionadas con catástrofes naturales. En concreto, las pérdidas aseguradas globales en 2020 fueron de 89.000 millones de dólares, situándose como el quinto año más costoso en los registros de Sigma desde 1970. Pero además de los eventos severos, los denominados secundarios representaron el 71% de las pérdidas aseguradas por catástrofes naturales, especialmente por las tormentas e incendios forestales en EEUU y Australia. Y eso que los efectos de la temporada de huracanes en la zona del Atlántico no fueron tan elevados y aunque se registró un récord de 30 tormentas que causaron pérdidas aseguradas moderadas de 21.000 millones de dólares, «si los patrones de ocurrencia de tormentas hubieran sido menos favorables, las pérdidas aseguradas habrían sido mucho mayores». Más riesgos El informe Sigma señala que en los últimos años se ha registrado un aumento de las pérdidas por peligros secundarios. «Las mismas tendencias de riesgo afectan a los peligros primarios, lo que sugiere que los escenarios de pérdidas máximas futuras tanto para la temporada de huracanes como para múltiples eventos de peligros secundarios podrían alcanzar los 250.000-300.000 millones de dólares, principalmente debido al crecimiento de la población, la acumulación de valor en áreas altamente expuestas y los efectos del cambio climático», precisa. Los riesgos de desastres naturales siguen aumentando y el cambio climático lo incrementará significativamente. «Esto subraya la urgencia de proteger mejor a nuestras comunidades contra pérdidas catastróficas al tiempo que se reducen drásticamente las emisiones de carbono», añade Swiss Re Institute. Así será, advierte, si no se adoptan medidas para mitigar los riesgos. Jérôme Haegeli, economista jefe de Swiss Re Group, valora que el año 2020 «será recordado por la crisis económica y de salud mundial provocada por la pandemia de Covid-19. Pero aunque el Covid fue una prueba de estrés para la sociedad y la economía, tiene una fecha de vencimiento. El cambio climático no. De hecho, el cambio climático ya se está haciendo visible en casos más frecuentes de peligros secundarios, como inundaciones repentinas, sequías e incendios forestales».El pasado año las catástrofes naturales provocaron unas pérdidas económicas globales de 190.000 millones de dólares; de los que la industria de seguros cubrió en torno a 81.000 millones. Son datos del último informe Sigma de Swiss Re Institute, que sitúa los eventos climáticos severos y los secundarios (tormentas eléctricas, inundaciones locales e incendios forestales) como riesgos cada vez más frecuentes y responsables de la mayoría de las pérdidas de seguros relacionadas con catástrofes naturales. En concreto, las pérdidas aseguradas globales en 2020 fueron de 89.000 millones de dólares, situándose como el quinto año más costoso en los registros de Sigma desde 1970. Pero además de los eventos severos, los denominados secundarios representaron el 71% de las pérdidas aseguradas por catástrofes naturales, especialmente por las tormentas e incendios forestales en EEUU y Australia. Y eso que los efectos de la temporada de huracanes en la zona del Atlántico no fueron tan elevados y aunque se registró un récord de 30 tormentas que causaron pérdidas aseguradas moderadas de 21.000 millones de dólares, «si los patrones de ocurrencia de tormentas hubieran sido menos favorables, las pérdidas aseguradas habrían sido mucho mayores». Más riesgos El informe Sigma señala que en los últimos años se ha registrado un aumento de las pérdidas por peligros secundarios. «Las mismas tendencias de riesgo afectan a los peligros primarios, lo que sugiere que los escenarios de pérdidas máximas futuras tanto para la temporada de huracanes como para múltiples eventos de peligros secundarios podrían alcanzar los 250.000-300.000 millones de dólares, principalmente debido al crecimiento de la población, la acumulación de valor en áreas altamente expuestas y los efectos del cambio climático», precisa. Los riesgos de desastres naturales siguen aumentando y el cambio climático lo incrementará significativamente. «Esto subraya la urgencia de proteger mejor a nuestras comunidades contra pérdidas catastróficas al tiempo que se reducen drásticamente las emisiones de carbono», añade Swiss Re Institute. Así será, advierte, si no se adoptan medidas para mitigar los riesgos. Jérôme Haegeli, economista jefe de Swiss Re Group, valora que el año 2020 «será recordado por la crisis económica y de salud mundial provocada por la pandemia de Covid-19. Pero aunque el Covid fue una prueba de estrés para la sociedad y la economía, tiene una fecha de vencimiento. El cambio climático no. De hecho, el cambio climático ya se está haciendo visible en casos más frecuentes de peligros secundarios, como inundaciones repentinas, sequías e incendios forestales».
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